La ciudad de Montilla es mundialmente conocida por la calidad de vinos los cuales tienen la denominación de origen Montilla – Moriles. El vino D.O. Montilla-Moriles es un vino blanco, denominado Vino Fino elaborado con uva 100% variedad Pedro Ximénez, propia de la zona de la campiña de Córdoba, siendo el vino y la infraestructura industrial uno de sus principales reclamos para el visitante.
Las múltiples bodegas existentes en la localidad, algunas con siglos de existencia son edificaciones llenas de historia y en las cuales muchos de los procesos continúan realizándose de manera tradicional a la antigua usanza, dando a lugar además a una de las cocinas locales mas reconocidas internacionalmente, teniendo un gran numero de establecimientos de gran nivel culinario en la localidad.
Además del vino y la gastronomía, la ciudad de Montilla tiene un enorme interés histórico. Destaca por ser cuna de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, nacido en 1453 en el castillo cuyas ruinas presiden la ciudad, propiedad de su padre, Pedro Fernández de Córdoba, Señor de Aguilar. En 1630, el rey Felipe IV de España le concedió el título de ciudad a la localidad.
Otro destacado personaje histórico ligado a la ciudad fue San Juan de Ávila, sacerdote y escritor ascético español. El 20 de agosto de 2011, Benedicto XVI lo proclamó doctor de la Iglesia el 7 de octubre de 2012, junto con la mística alemana Hildegarda de Bingen, con ocasión de la apertura de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los obispos dedicado al tema de la nueva evangelización del Concilio Vaticano II. Es el cuarto santo español en alcanzar ese título.
En medio de la efervescencia resultante del Renacimiento, Juan de Ávila vivió en contacto con la mayor parte de grandes figuras religiosas católicas de su tiempo: Ignacio de Loyola, Luis de Granada, Juan de Dios, Juan de Ribera, Teresa de Ávila, Tomás de Villanueva y Pedro de Alcántara. De una influencia notable, sus palabras fueron fuente de inspiración para muchos escritores sacerdotales coetáneos y posteriores: Antonio de Molina, Luis de la Palma, Luis de la Puente, Carlos Borromeo, Bartolomé de los Mártires, Diego de Estella, Pierre de Bérulle, Alonso Rodríguez, Francisco de Sales, Alfonso María de Ligorio, Antonio María Claret, entre otros.4
Actualmente Montilla forma parte del triángulo de ciudades considerado motor de la economía cordobesa, lo que, junto con su posición en el centro de Andalucía, le ha conferido un importante nudo de carreteras y comunicaciones.
Bajo los Fernández de Córdoba, Montilla se convertirá en el centro del señorío de Aguilar, suplantando incluso a esta villa, y se preparará para su desarrollo económico del siglo xvi. Durante la segunda mitad del siglo xv experimentó un importante crecimiento demográfico, alcanzando los 1166 vecinos en 1530, por lo que, después de Priego, a la que termina por suplantar, era la villa más poblada del marquesado de este nombre. Existen testimonios de aquella época sobre el castillo, cuyo origen parece remontarse a épocas anteriores a la Baja Edad Media, y aunque apenas se conservan restos, ya que fue demolido por orden de Fernando el Católico en 1508 como ejemplar castigo impuesto al titular de la Casa de Aguilar (ya entonces primer marqués de Priego) y aviso al resto de la nobleza andaluza. Las noticias antiguas nos informan acerca de su suntuosidad y celebridad.
En Montilla fruto de su importancia histórica y militar existen los siguientes monumentos y edificios de gran interés:
Alhorí del antiguo castillo de Montilla
El castillo de Montilla, gran fortaleza medieval, fue destruido en el año 1508 por orden del rey Fernando el Católico como castigo por la rebeldía de Pedro Fernández de Córdoba y Pacheco, primer marqués de Priego, lo que provocó, incluso, la petición de magnanimidad del rey de Francia por tratarse de la cuna del que fue el militar más importante de la época: el Gran Capitán. A pesar del indulto de la reina Juana I de Castilla dos años más tarde, autorizando la reconstrucción del castillo, esta nunca llegó a realizarse. Más adelante, en el siglo xviii se construyeron en el solar los graneros ducales, una inmensa fábrica de sillería, en tiempos de Nicolás Fernández de Córdoba, duque de Medinaceli y marqués de Priego. La edificación del alhorí fue realizada bajo las directrices del arquitecto cordobés Juan Antonio Camacho, quien lo dotó de tres plantas, la primera de ellas con cinco naves y la segunda con tres. El castillo fue adquirido en el año 1998 por el Ayuntamiento de Montilla. En el año 2007 se iniciaron las obras de adecuación del inmueble para convertirlo en el Museo del Vino de Andalucía, cuya apertura está prevista para 2015, contando con salas dedicadas a la temática vitivinícola y otras dedicadas a la figura del Gran Capitán, quien nació en el castillo situado anteriormente. Asimismo, el recinto acogerá un centro de iniciativas para el sector agroindustrial.15 En las inmediaciones del castillo se encuentran unos yacimientos íberos datados del siglo vi a. C.
Ayuntamiento y antigua iglesia del hospital de San Juan de Dios
El Ayuntamiento de Montilla es uno de los edificios civiles más importantes de la ciudad. Fue un antiguo convento-hospital de San Juan de Dios, iniciado en 1601, cercano a la desaparecida ermita de Santa Catalina, lugar donde Miguel de Cervantes situaría uno de los pasajes de El coloquio de los perros (Novelas ejemplares, 1613). El Ayuntamiento es un edificio en piedra con fachada de inspiración neoclásica de época romántica. Presenta una estructura simétrica con una torrecilla en la zona central con el viejo reloj de esfera. El interior presenta un claustro acristalado rodeado de columnas con arcos de medio punto. Por otro lado, la iglesia de San Juan de Dios, hoy en día empleada como salón de exposiciones municipal, presenta una planta octogonal atribuida a fray Francisco Álvarez.
Casa de las Aguas
La Casa de las Aguas es uno de los edificios de carácter civil más notables de Montilla, construida en 1845 y situada en pleno centro histórico de la localidad. La casa señorial del siglo xix está ordenada en torno a dos núcleos diferenciados, comunicados mediante un jardín. Sin embargo, el elemento más característico del edificio es el patio porticado que recibe a los visitantes, compuesto por una galería de arcos de medio punto sobre columnas toscanas en la planta baja.
Su nombre se debe a los depósitos de agua que se encontraban localizados en la casa y que servían para el suministro de la ciudad. El iniciador de estos trabajos y el impulsor del abastecimiento de agua a la población fue el ingeniero militar José María Sánchez Molero, que vino a la ciudad en busca del campus mundensis, en 1864. Vivió en esta casa junto con su señora hasta su muerte, pasando luego la propiedad a manos de su sobrino Ángel Sisternes. Más tarde, en 1940, la casa fue adquirida por la condesa de Aguilar, hermana del VII conde de la Cortina.
«Hasta el año 1872 se careció de aguas potables en el interior de la población», recoge Morte Molina en sus Apuntes, en los que ya aparece una primera mención a «un edificio de la calle San Fernando que albergaba los depósitos desde donde se distribuía el agua hasta los puntos más alejados de Montilla».
La casa acoge desde su inauguración, el 16 de junio de 2006, al único museo dedicado al pintor José Santiago Garnelo y Alda. Asimismo, la segunda planta del edificio alberga, como sede permanente, la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque, un bibliófilo montillano que en los últimos cincuenta años de su vida reunió un extenso conjunto de treinta mil volúmenes, entre los que se hallan la mejor colección de historias locales de las existentes en España, junto a un buen número de raros ejemplares y una amplia sección de manuscritos, obras de extrema calidad y rareza. La biblioteca cuenta, además, con libros de viajes, tratados de geografía y ciencias, literatura, obras morales y un extenso apartado de bibliografías. La sección de manuscritos es extensa y rica, sobre todo en lo relativo a la historia de Andalucía en los siglos XVII y XVIII, ya que entre sus fondos se encuentra el manuscrito fundacional de la Cartuja de Sevilla.
La biblioteca reúne, fundamentalmente, obras fechadas con anterioridad al siglo xx, y de ellas más de 2000 pertenecen al fondo antiguo (siglos XVI – XVII). Varios centenares no aparecen en el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español, por lo que han de estimarse, provisionalmente, como únicos. La colección bibliográfica –que incluye los catálogos de anticuaria– supera las 7000 piezas, desde el siglo xix hasta la actualidad. Es también notable su colección de folletos y hojas volantes, probablemente, la más completa de Andalucía.
Casa del Inca Garcilaso de la Vega
Las primeras fuentes que hacen referencia a este inmueble montillano se remontan a 1557. En el edificio residió durante tres décadas el Inca Garcilaso de la Vega, el primer escritor iberoamericano que publicó en Europa y que ha quedado como símbolo del mestizaje entre culturas. En Montilla pasó gran parte de su vida, donde desarrolló casi la totalidad de su creación literaria. La figura del Inca Garcilaso fue reconocida por la Unesco, ya que es citado en el texto que realizó este organismo de Naciones Unidas para la Declaración del 23 de abril (fecha en la que también falleció el Inca Garcilaso en 1616) como Día Internacional del Libro. Posteriormente, fue adquirida por el conde de La Cortina, quien la donó a la localidad.
Casa de Las Camachas
Edificio construido alrededor del siglo xvi en Montilla. Su nombre le viene dado por la proximidad al lugar en que se encontraba el mesón desaparecido donde vivieron Las Camachas, conocidas por la Historia como tres brujas y alcahuetas llamadas la Camacha, la Montiela y la Cañizares. Una de ellas, Elvira García La Camacha, es nombrada por Miguel de Cervantes en su libro El Coloquio de los Perros. Actualmente los expertos descartan la relación de estos personajes y el edificio. La casa cuenta con un cuerpo interior muy antiguo adosado a uno de los muros del primer recinto de la población. La parte anterior tiene un patio corral de indudable valor popular con un pozo natural de agua.
La Tercia
Edificio de viviendas de principios del siglo xx construido sobre la antigua tercia, la casa donde se depositaban los diezmos y donde tuvo el marquesado unas antiguas bodegas. El séptimo conde de la Cortina, Francisco de Alvear y Gómez, edificó en este lugar en 1921 unas viviendas con una importante fachada historicista que recuerda al palacio de Monterrey de Salamanca. El edificio se caracteriza por unas arquerías bajas, cuerpo de balcones y galería alta en arcos rebajados, todo ello centrado por una portada de columnas y una corta torre de planta rectangular que preside la Plaza de la Rosa.
Teatro Garnelo
Teatro construido bajo la dirección del bibliófilo montillano Bernabé Fernández Canivel, siguiendo la tendencia estética del modernismo. Fue inaugurado en 1917, adquiriendo el nombre de los hermanos Manuel (escultor) y José (pintor) Garnelo, célebres artistas montillanos, quienes guiaron artísticamente el proyecto, gozando de gran predicamento en los ambientes teatrales, fruto de la tradición teatral montillana, pues según los archivos municipales, las representaciones teatrales datan del año 1551. Se trata de un edificio semiexento, con tres fachadas, de planta rectangular achaflanada en uno de sus fondos. A finales del siglo xx fue restaurado respetando su fachada. El teatro linda con la capilla de la Rosa, de que se separa por un pequeño callejón de acceso a esta.
Palacio de los duques de Medinaceli
Tras la demolición del palacio de los marqueses de Priego, y posteriormente duques de Medinaceli, estos levantaron este palacio en la parte baja del casco antiguo de la ciudad, en tradición aún manierista. El palacio, considerado el edificio civil más importante de Montilla, es un edificio de sobrio aspecto, que sufrió una fase de ampliación durante el siglo xvi. En la actualidad tras haber sido segregado, está dividido en dos casas de uso particular. Su fachada en dorada piedra se articula en doble planta con numerosos vanos en posiciones paralelas y un acceso principal en el lateral diestro, el cual aparece ornamentado y cuyo balcón superior está flanqueado por los escudos de la Casa de Priego y Feria. Al lado izquierdo se halla un arco de medio punto que conecta el palacio y el convento de Santa Clara. Al otro extremo queda un pasadizo en arco de medio punto. Este arco comunicaba el Palacio de los Duques de Medinaceli en Montilla con su Capilla privada en el Convento de Santa Clara.
Palacio del conde de la Cortina
Palacio de estilo neoclásico, aunque con influencia barroca, levantado por Diego de Alvear y Ponce de León en el siglo xviii. Dispone de un patio claustrado en dos plantas con columnas y arcos. El conde de la Cortina, nieto de Diego de Alvear, cedió el palacio junto con otras dependencias a la Congregación de las Esclavas del Divino Corazón, para fundar un colegio en memoria de su hija. Actualmente es el centro de educación concertado “La Asunción”.
Casa-oratorio de San Juan de Ávila
La Casa Oratorio de San Juan de Ávila, del siglo xvi, fue la residencia de San Juan de Ávila hasta su muerte en 1569. El oratorio, fundado por los marqueses de Priego en 1547, fue levantado junto a la ermita de la Paz, de planta rectangular con sencillo retablo de decoración barroca. La casa, donde escribió el santo parte de su obra y preparó numerosos sermones, consta de dos cuerpos y con dos patios, manteniendo el aspecto y la decoración contemporánea a la vida de san Juan de Ávila. También dispone de un patrimonio de piezas de reliquias, pinturas y esculturas de los siglos xvi, xvii y xviii.
Arco de San Lorenzo
La fundación del convento franciscano de San Lorenzo de Montilla se produjo en 1512, a las disposiciones testamentarias de Pedro Fernández de Córdoba y Pacheco, primer marqués de Priego, y su construcción se debió concluir a finales del primer tercio del siglo xvi, época de esplendor de la ciudad. El convento de San Lorenzo, que la comunidad de franciscanos ocupó hasta 1794, en que debió abandonarlo por problemas de conservación, se hallaba dentro del perímetro delimitado por una cerca de mampostería con partes recrecidas en tapial, que en la actualidad se conserva fragmentariamente.
El ingreso al complejo conventual se efectuaba por una portada de piedra arenisca, adosada a la cerca. El vano de dicha portada es un arco de medio punto abocinado flanqueado por pilastras cajeadas a las que se adosan columnas abalaustradas.
Sobre el arco, atribuido al mayor de los Hernán Ruiz, corre un entablamento con un friso esculpido con bajorrelieves de roleos y jarrones centrado en el cual se disponía un escudo nobiliario de la familia fundadora. Situada junto a donde estuvo la iglesia existe una casa de labor y a su lado una torre de cuatro plantas de estética neomudéjar.
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